Muchas personas creen que el mundo es como es porque la gente tiene intenciones. Es variada la cantidad y calidad de estas, de todos modos el reproche es por no tener nada más que brindar. Intenciones, no acciones. El autor de estas líneas se reconoce en su papel de juez universal, castigando a quienes sólo les veía esa forma de actuar. Acepta su culpabilidad y pasará a explicar desde donde habla para que la pena no sea inmensa. En adelante las personas con intenciones serán llamadas "intenciosos", aquellos que las reciben o bien las critican serán los "accionistas". Entonces, la característica principal de los intenciosos es ser temerosos, porque actuar implica riesgos. La posibilidad de acertar en el propio destino corre riesgo de desdibujarse ante contrariedades foráneas.
Muchas personas creen que el mundo es como es porque la gente tiene intenciones. Es variada la cantidad y calidad de estas, de todos modos el reproche es por no tener nada más que brindar. Intenciones, no acciones. El autor de estas líneas se reconoce en su papel de juez universal, castigando a quienes sólo les veía esa forma de actuar. Acepta su culpabilidad y pasará a explicar desde donde habla para que la pena no sea inmensa. En adelante las personas con intenciones serán llamadas "intenciosos", aquellos que las reciben o bien las critican serán los "accionistas". Entonces, la característica principal de los intenciosos es ser temerosos, porque actuar implica riesgos. La posibilidad de acertar en el propio destino corre riesgo de desdibujarse ante contrariedades foráneas.