Para armar una columna de actualidad necesitaba leer el diario La Nación, escuchar Radio 10 o Ari Paluch, pero era demasiado para comenzar el año. De todas formas, ese demasiado me dejó una pregunta que puede resultar interesante: siempre se dijo que la Argentina no tiene un partido de izquierda o centro-izquierda y esto por una sencilla razón: son sectas más que partidos. Sin embargo, si tenemos en cuenta que el discurso de derecha está anclado en el sentido común argentino, tal vez deberíamos pensar qué sucede en la derecha y dejar a la izquierda con sus discusiones intrascendentes (y juntas de firma, que no son otra cosa que conseguir afiliados a riesgo de desaparecer jurídicamente por la nueva ley de partidos políticos). Entonces, ¿no será que los dirigentes de derecha están demasiado a la derecha? Antes debemos definir qué es la derecha.
Para armar una columna de actualidad necesitaba leer el diario La Nación, escuchar Radio 10 o Ari Paluch, pero era demasiado para comenzar el año. De todas formas, ese demasiado me dejó una pregunta que puede resultar interesante: siempre se dijo que la Argentina no tiene un partido de izquierda o centro-izquierda y esto por una sencilla razón: son sectas más que partidos. Sin embargo, si tenemos en cuenta que el discurso de derecha está anclado en el sentido común argentino, tal vez deberíamos pensar qué sucede en la derecha y dejar a la izquierda con sus discusiones intrascendentes (y juntas de firma, que no son otra cosa que conseguir afiliados a riesgo de desaparecer jurídicamente por la nueva ley de partidos políticos). Entonces, ¿no será que los dirigentes de derecha están demasiado a la derecha? Antes debemos definir qué es la derecha.