El libro se ocupa del “otro”, del encuentro con el “otro” y el lugar que le damos. Desde el plano histórico, no existe momento más excepcional para estudiar dicha problemática que la llamada conquista de América. El encuentro de dos mundos, el choque y los prejuicios que despertó la situación; todo eso le sirve a Todorov para indagar cómo funciona la comunicación en esos encuentros.
Las preguntas que inician la investigación histórica son: ¿Por qué esta victoria fulgurante, cuando la superioridad numérica de los habitantes de América frente a sus adversarios es tan grande, y cuando están luchando en su propio terreno? ¿Cómo explicar que Cortés, a la cabeza de algunos centenares de hombres, haya logrado apoderarse del reino de Moctezuma, que disponía de varios cientos de miles de guerreros? ¿Será que los españoles vencieron a los indios con ayuda de los signos? Ahora sí, nos metemos en el capítulo “Moctezuma y los signos”
“Los indios y los españoles practican la comunicación de diferente manera. Pero el discurso de la diferencia es un discurso difícil. (…)El postulado de diferencia lleva fácilmente consigo el sentimiento de superioridad, y el postulado de igualdad, el de in-diferencia; siempre cuesta trabajo resistir a este doble movimiento, con más razón cuanto que el resultado final de ese encuentro parece indicar sin ambigüedad al vencedor.
Digamos de entrada que evidentemente no hay, ni en el plano lingüístico ni en el simbólico, ninguna inferioridad “natural” por el lado de los indios.
Las preguntas que inician la investigación histórica son: ¿Por qué esta victoria fulgurante, cuando la superioridad numérica de los habitantes de América frente a sus adversarios es tan grande, y cuando están luchando en su propio terreno? ¿Cómo explicar que Cortés, a la cabeza de algunos centenares de hombres, haya logrado apoderarse del reino de Moctezuma, que disponía de varios cientos de miles de guerreros? ¿Será que los españoles vencieron a los indios con ayuda de los signos? Ahora sí, nos metemos en el capítulo “Moctezuma y los signos”
“Los indios y los españoles practican la comunicación de diferente manera. Pero el discurso de la diferencia es un discurso difícil. (…)El postulado de diferencia lleva fácilmente consigo el sentimiento de superioridad, y el postulado de igualdad, el de in-diferencia; siempre cuesta trabajo resistir a este doble movimiento, con más razón cuanto que el resultado final de ese encuentro parece indicar sin ambigüedad al vencedor.
Digamos de entrada que evidentemente no hay, ni en el plano lingüístico ni en el simbólico, ninguna inferioridad “natural” por el lado de los indios.
El libro se ocupa del “otro”, del encuentro con el “otro” y el lugar que le damos. Desde el plano histórico, no existe momento más excepcional para estudiar dicha problemática que la llamada conquista de América. El encuentro de dos mundos, el choque y los prejuicios que despertó la situación; todo eso le sirve a Todorov para indagar cómo funciona la comunicación en esos encuentros.
Las preguntas que inician la investigación histórica son: ¿Por qué esta victoria fulgurante, cuando la superioridad numérica de los habitantes de América frente a sus adversarios es tan grande, y cuando están luchando en su propio terreno? ¿Cómo explicar que Cortés, a la cabeza de algunos centenares de hombres, haya logrado apoderarse del reino de Moctezuma, que disponía de varios cientos de miles de guerreros? ¿Será que los españoles vencieron a los indios con ayuda de los signos? Ahora sí, nos metemos en el capítulo “Moctezuma y los signos”
“Los indios y los españoles practican la comunicación de diferente manera. Pero el discurso de la diferencia es un discurso difícil. (…)El postulado de diferencia lleva fácilmente consigo el sentimiento de superioridad, y el postulado de igualdad, el de in-diferencia; siempre cuesta trabajo resistir a este doble movimiento, con más razón cuanto que el resultado final de ese encuentro parece indicar sin ambigüedad al vencedor.
Digamos de entrada que evidentemente no hay, ni en el plano lingüístico ni en el simbólico, ninguna inferioridad “natural” por el lado de los indios.
Las preguntas que inician la investigación histórica son: ¿Por qué esta victoria fulgurante, cuando la superioridad numérica de los habitantes de América frente a sus adversarios es tan grande, y cuando están luchando en su propio terreno? ¿Cómo explicar que Cortés, a la cabeza de algunos centenares de hombres, haya logrado apoderarse del reino de Moctezuma, que disponía de varios cientos de miles de guerreros? ¿Será que los españoles vencieron a los indios con ayuda de los signos? Ahora sí, nos metemos en el capítulo “Moctezuma y los signos”
“Los indios y los españoles practican la comunicación de diferente manera. Pero el discurso de la diferencia es un discurso difícil. (…)El postulado de diferencia lleva fácilmente consigo el sentimiento de superioridad, y el postulado de igualdad, el de in-diferencia; siempre cuesta trabajo resistir a este doble movimiento, con más razón cuanto que el resultado final de ese encuentro parece indicar sin ambigüedad al vencedor.
Digamos de entrada que evidentemente no hay, ni en el plano lingüístico ni en el simbólico, ninguna inferioridad “natural” por el lado de los indios.