El silencio se padece o se disfruta. No vamos a dudar de todo, aunque el sujeto post moderno desconfíe por una obvia razón: su cosmovisión le dice que es el centro indiscutido del universo. Claro que el sujeto post moderno somos todos, por tanto el centro del universo es semejante a un subte en hora pico. Se preguntarán qué relación existe entre el silencio y el centro del universo rebosante de cristianos renegados (recordemos que ese lugar era de Dios); la respuesta es rápida e imprecisa: si preferimos estar en un lugar abarrotado de gente es porque algo en nuestro interior nos empuja a evitar el silencio. En general (Ud. puede ser una excepción grandilocuente) es un sueño frustrado el que patalea cuando hay silencio.
El silencio se padece o se disfruta. No vamos a dudar de todo, aunque el sujeto post moderno desconfíe por una obvia razón: su cosmovisión le dice que es el centro indiscutido del universo. Claro que el sujeto post moderno somos todos, por tanto el centro del universo es semejante a un subte en hora pico. Se preguntarán qué relación existe entre el silencio y el centro del universo rebosante de cristianos renegados (recordemos que ese lugar era de Dios); la respuesta es rápida e imprecisa: si preferimos estar en un lugar abarrotado de gente es porque algo en nuestro interior nos empuja a evitar el silencio. En general (Ud. puede ser una excepción grandilocuente) es un sueño frustrado el que patalea cuando hay silencio.