No hay hechos, hay interpretaciones.

Esta semana las noticias se transformaron en una cadena. Son muchas, y muchas más las que no están, pero el mundo de las interpretaciones es así. Algunas de éstas se visten de verdad a fuerza de repetirse todo el tiempo y otras caen en el silencio absoluto.
El Banco Central de la República Argentina tiene en reserva, aproximadamente, 49.000 millonesde dólares. A partir del DNU (decreto de necesidad y urgencia) que habilitaba el uso de las reservas para cancelar deuda, se pagaron alrededor de 2.000.dólares. En enero comenzó la crisis Redrado, él no quería pagar con reservas, finalmente fue despedido por el Ejecutivo Nacional. Desde entonces y descontando lo que se pagó con reservas, éstas aumentaron producto del crecimiento de la actividad económica. En ese momento, la atención mediática y opositora estuvo centrada en la gobernabilidad vía DNU. Sin embargo, esta semana se publicó el ranking con los decretos de necesidad y urgencia firmados desde el retorno de la democracia en 1983. El primer lugar es para Menem con 545 DNU,.Luego, en orden descendente, están: Kirchner con 270, Duhalde con 158, De La Rúa con 73. Por orto lado Alfonsín y Cristina Fernández sólo firmaron 10 (según el diario La Nación, Cristina lleva firmados 18, seguramente incluye aquellos que fueron anulados).


Alguien que levantó la voz para reclamar y denunciar la prepotencia del gobierno Nacional fue Pino Solanas. De él habló Marcos Aguinis: “De Pino a Pinedo. La sociedad empieza a observar esto con simpatía: el amplio y colorido arco opositor, de la izquierda al centro democrático, ha empezado a subrayar sus coincidencias. Comprende que son más fuertes los rasgos que lo unen que los matices que lo fragmentan” (Diario La Nación).
La categoría de “centro democrático” para definir al Macrismo nos dice mucho sobre la potencia creativa del autor, ahora resulta claro entender por qué se ha dedicado a escribir novelas. Era un enorme desperdicio que esa imaginación para inventar realidad estuviera sólo al servicio de una editorial política. Basta saber si las escuchas ilegales son algunas de las características necesarias que debe poseer un partido para formar parte del “centro democrático”.
En el programa “A dos voces”, Elisa Carrió declaró que le convendría salir a presionar a Macri por la causa de las escuchas ilegales. Pero que no lo hace porque sabe que Kirchner quiere destruir a todos los posibles candidatos de la oposición. Afirmó que Macri tiene responsabilidad política para designar a “El Fino” Palacios al frente de la policía metropolitana, sin embargo esperará la decisión de la Cámara para definir su postura en la legislatura de la ciudad.
Aunque mi opinión es clara al momento de elegir los temas y encadenarlos según mi criterio, ahora sí me permito una reflexión: Para la sociedad, luego de las últimas elecciones, el arco opositor es uno solo. Sin embargo, existe otro factor fundamental a la hora de comprender la estrategia de Carrió. A partir de este momento cada uno de ellos deberá responder por las acciones del resto, como sucede dentro de cualquier partido político orgánico. Equivale a decir: todos los socialistas deberán responder por el desempeño de cada socialista. El error de uno es costo político para todos. En este sentido, la sociedad actúa en forma de péndulo. Es decir, lo que resta para unos, suma para otros. Así se comprende por qué el Kirchnerismo está subiendo en las encuestas. Esto será así hasta que las elecciones del 2011 estén a la vuelta de la esquina y la interna justicialista rompa, por su propio peso, esta visión. Carrió no puede atacar a Macri como el sentido común lo sugiere porque corre serio riesgo de agigantar la figura de Néstor Kirchner para el 2011. Es por esto que, la interna del PJ no sería más que un paseo y llegaría con demasiada fuerza a una elección general.

Por regla general, deberíamos creer que las declaraciones de Sanz (Senador Nacional y presidente actual de la UCR) referidas a la utilización de la Asignación Universal por Hijo, no harían otra cosa que aumentar la consideración positiva del Gobierno Nacional. Sin embargo esto no sucede. La causa más sencilla para comprender tal excepción es que su sentencia “desde que se cobra el plan aumentó el juego y el consumo de drogas” se apoya en otra visión de la sociedad. Esta visión sostiene que la pobreza es sinónimo de vagancia y adicciones. Su sentido común sustenta el miedo y rechazo, sentido que también tiene una parte de la población hacia los sectores más postergados.
De todas maneras, se conoció un estudio realizado por investigadores del CONICET, y otros institutos, que arroja resultados llamativos sobre la implementación de la AUH (Asignación Universal por Hijo). Para dicho estudio se tomaron en cuenta el IPC (Índice de Precios al Consumidor) del INDEC, el IPC de siete provincias en su mayoría opositoras al gobierno y la encuesta permanente de hogares del año 2009. La aclaración sobre el orígen de los datos no hace más que recordarnos la pésima gestión del Gobierno Nacional frente al organismo. Sin embargo, vale aclarar sobre lo aclarado: los precios no suben por la intervención del Ejecutivo Nacional en el INDEC. En los meses de verano cuando la canasta básica pegó un salto alarmante, la industria alimenticia tenía un 30% de capacidad ociosa. Por lo tanto, poseía capacidad para absorber el aumento del consumo que trajo la implementación de la AUH. ¿Pero cómo es posible, si la plata que cobran los pobres está dirigida al bingo y al paco? Bueno, parece que no es tan simple la cosa. Algunos pobres, aunque cueste creerlo, prefieren comer.
Los resultados del estudio son llamativos, no en sí mismos, más bien en la poca difusión que tuvieron. Según los datos del INDEC la pobreza bajó de un 14,1% al 9,5%, la indigencia pasó de 3,2% al 1,2%; según el IPC de las siete provincias la pobreza fue desde un 26% a 22%, la indigencia de 7,5% a 3,4%. El INDEC es un chiste de mal gusto, pero el IPC que generan algunas provincias y, sobre todo, las consultoras privadas es peor. Por lo menos, si tuvieran la amabilidad de aclarar que no cuentan con los recursos materiales y humanos para determinar verdades indiscutidas a sus resultados. De todas maneras, que una consultora privada exprese lo que sus intereses le piden no es alarmante, lo difícil de tragar es que no podamos responder con cifras transparentes del Estado. Pero más allá de esto, el dato que más sobresale del estudio es que la Argentina volvió a ser el país más igualitario de América Latina. La diferencia entre el 10% que más gana y el 10% que menos gana es idéntica a la que existía en 1986. ¿El resto de Latinoamérica está peor? ¿Ahora sí podemos estar contentos por nuestro país? Si y no.
América Latina es el continente más desigual del mundo, incluidos Brasil y Chile (que gozan del visto bueno de la derecha de todo el mundo). Y no podemos estar contentos por nuestro país, porque los resultados sólo hablan de la cantidad de plata que gana en promedio nuestra población. En ningún caso habla sobre el sistema de salud, educación, habitacional, medio ambiental, entre otros. Es un primer paso, importantísimo, pero nada más.

Hablando de Macri, todos recordarán que lo comparaban con Berlusconi (presidente de Italia). Resulta que esta semana, Berlusconi, presentó un proyecto de ley que pretende sancionar a los diarios que publiquen escuchas telefónicas en casos de corrupción. Las universidades, periodistas y partidos de la oposición están en contra de la medida y la consideran un peligro para la libertad de expresión. ¿Raro no? Pero si nos vamos a Europa, las noticias más importantes llegan de Inglaterra e Italia que preparan sus propios planes de ajuste. Al igual que España, Portugal y Grecia, sus sociedades deben ajustar el cinturón por las consecuencias de las políticas económicas neo-liberales. ¿Por esas políticas? Si, otro silencio llamativo.