El arte y la naturaleza


Cuando Oscar Wilde dice que “la naturaleza imita al arte”, aparentemente ha dicho un absurdo. Pero si reflexionamos intuiremos el sentido de la frase. Oscar Wilde no quiere decir que realmente, el paisaje natural imite a los paisajes pintados por un pintor, sino que el Arte es superior a lo puramente natural, que el hombre –el gran pintor en este caso– al reflejar aquel paisaje sobre el lienzo, le da un aspecto nuevo, lo recrea, acentuando las notas bellas y prescindiendo de lo feo o simplemente anodino.

La figura de un héroe literario (Ulises, Don Quijote) es superior a la del héroe real. Y cuando yo hombre, pienso en un figura que resuma la caballerosidad y el idealismo puros, no puedo por menos de pensar en Don Quijote; no en un ser de carne y hueso.

Y ello porque en el personaje de Cervantes está el modelo supremo. Por aquí anda el sentido de la citada paradoja de Wilde. Lo que quiere decir que a la larga, el arte impone al hombre, su modo de ver la vida, y que los grandes artistas encauzan nuestra facultad estimativa, nos hacen ver a la naturaleza con sus ojos.

Libro: cursos en la UBA, taller de redacción. Página 73, “la paradoja”.