Editorial - El Camino


El ser humano necesita saber un camino, cuando esto no ocurre se pierde en la vanidad absoluta o en dejarse morir. Fuerte el comienzo, pero así lo afirma el sujeto post moderno. De todas maneras, dejemos las declaraciones altisonantes y vayamos a la editorial.

La idea de camino tiene mucho de romanticismo, por tal motivo separemos la paja del trigo. El concepto “el camino” parece nacer de la absoluta imposibilidad de quedarnos quietos. Desde que la muerte se hizo presente en la consciencia, el paso del tiempo hace imposible tal quietud. El cuerpo es una realidad innegable y allí se alojan las marcas que deja un camino, cualquiera sea.

La religión, la poesía, los mitos y la sabiduría general hablan sobre éste tema, no podemos realizar un resumen porque sería inmenso. Sin embargo, y simplificando demasiado, la idea de camino esconde algo: la ética. Antes que un sendero, es una forma de caminar; allí están posados los ojos de todos los que hablaron alguna vez de él. Aún más, podemos sospechar que muchos juzgan al camino por el paisaje que se ve; por tanto, también incluye una valoración. Al simple sendero, se le sumaron problemas propios de la moral y la ética. “Un problemón”, suspira el sujeto post moderno. Las escalas morales y éticas de la modernidad nos empujan a suponer que “el camino” esconde un objetivo. ¿Recuerdan las casitas que nos hacían dibujar de chicos? En todas ellas, el camino llegaba hasta la puerta de la casa. El Dr. Baltasar De Las Quimeras afirma que éste hecho no sería otra cosa que publicidad subliminal: “¿Cómo explicar el dineral que las gentes están dispuestas a pagar por un techo y cuatro paredes? Nos preparan desde infantes a sentirnos felices cuando logramos calificar para tramitar y someternos a una hipoteca de tasas usureras. Después de todo, ¿No es ese el final del camino?” Algo rústico el pensamiento del Dr., pero ya sabemos que es un referente de la intelectualidad asqueada de las medias a medio subir (valga la redundancia).

Para finalizar, una pregunta y la mejor reflexión sobre el camino, según mi humilde opinión (absoluta). ¿Por qué es tan difícil de aceptar que el camino puede tener una ética al caminar y una valoración moral pero, en definitiva, no tiene a dónde llegar? El sujeto post moderno dice: “Nada nos espera al final porque ni siquiera, el camino, es tan nuestro.”

Don Juan decía que “... cualquier cosa es un camino entre cantidades de caminos. Por eso debes tener siempre presente que un camino es sólo un camino; si sientes que no deberías seguirlo, no debes seguir en él bajo ninguna condición. No hay afrenta, ni para tí ni para otros, en dejarlo si eso es lo que tu corazón te dice (…) Pero tu decisión de seguir en el camino o de dejarlo debe estar libre de miedo y de ambición. Te prevengo. Mira cada camino de cerca y con intención. Pruébalo tantas veces como consideres necesario. Luego hazte a ti mismo, y a ti solo, una pregunta. Te diré cuál es: ¿Tiene corazón este camino? (…) Si tiene, el camino es bueno; si no, de nada sirve. Ningún camino lleva a ninguna parte, pero uno tiene corazón y el otro no. Uno hace gozoso el viaje; mientras lo sigas, eres uno con él. El otro te hará maldecir tu vida. Uno te hace fuerte; el otro te debilita."

“Las enseñanzas de Don Juan” de Carlos Castaneda.