Papel Prensa, primer semana


Para ordenar la columna, ya que el tema es casi imposible de abordar sin caer en simple opinión, realizaremos una cronología con todo lo sucedido.

Antes, y a modo de introducción, una breve reseña. En el año 1976 los diarios Clarín, La Nación y La Razón (aún no era de Clarín) compran las acciones de la empresa Papel Prensa (ésta era, y es, la que produce la mayor parte del papel de diario de la Argentina). Su antiguo dueño era David Graiver, quien muere en un extraño accidente aéreo en México. Su esposa, Lidia Papaleo, se hace cargo del grupo económico. La versión “oficial” dice que Lidia debe vender las acciones porque el grupo atravesaba serios problemas económicos. Luego o durante, según las versiones que veremos más adelante, Lidia Papaleo es amenazada por los Montoneros; David Graiver manejaba fondos del grupo, Montoneros le reclamaba a la familia la devolución inmediata luego del accidente; más aún, dos bancos propiedad del grupo quiebran aumentando la crisis económica. La compra de la empresa Papel Prensa por los diarios siempre fue objeto de sospechas y de investigaciones de periodistas independientes y de muchos sectores sociales y políticos. Además, fue constante la queja del resto de los diarios a Clarín y La Nación por la discrecionalidad comercial que practicaban en Papel Prensa contra sus competidores. En marzo de 1977 son detenidos (desaparecidos) Lidia Papaleo e Isidoro Graiver (hermano de David), entre otros integrantes de la familia.

El martes 24 de agosto, los diarios Clarín y La Nación, publican una editorial (tapa de ambos diarios) en la cual informan su versión de los hechos en cuanto a la compra de Papel Prensa y, ya que estamos, avisan que esto no será simple. Los datos más importantes son: la compra-venta de acciones se realizó cinco meses antes de la detención-desaparición de los familiares de David Graiver, por tanto no tendría conexión la compra de acciones con la detención-desaparición de Lidia Papaleo; el Poder Ejecutivo busca intervenir Papel Prensa para controlar la prensa escrita; en aquel momento, el precio de venta fue considerado “conveniente” por otros sectores de la prensa.

El mismo martes la presidenta habla en cadena nacional. En un discurso, de extensión innecesaria, expone los resultados de la investigación a cargo de Moreno (el mismo del INDEC). Los puntos salientes son: Lidia Papaleo es detenida- desaparecida cinco días después de firmar el último papel necesario para cerrar la venta de la empresa, como representante legal de su hija debía firmar ante un juez de menores; dicho juez nunca aprueba la venta por considerar insuficiente el monto total de la operación, acciones por un valor aprox. de U$S 2.500.000 son vendidas en aprox. U$S 900.000. La Presidenta reconoce que la venta se firma en noviembre de 1976, pero era necesaria la firma en el juzgado de menores para completar la transacción; la empresa es comprada por FAPEL S.A., cuyos accionistas son Magneto, Ernestina Noble, Peralta Ramos, Bartolomé Mitre y algunos abogados de Clarín; días más tarde es transferidas a los diarios, según la Presidenta esto fue para dejar a los diarios como “compradores de buena fe”; además afirma que, según declaraciones de Lidia Papaleo, las acciones se vendieron bajo amenazas del gobierno de facto y presionada por los diarios (se muestran tapas de los diarios y noticias donde se pedía al gobierno de facto que investigue a los Graiver por su conexión con Montoneros, ya sabemos qué significaba investigar en aquella época). Por último, envía un proyecto de ley al Congreso pidiendo declarar de “interés público” la producción, comercialización y distribución de pasta de celulosa para papel de diario (chicana aparte, retoma una editorial de Clarín donde dice: “quien controla la producción de papel de diario, controla la palabra escrita”). Además, instruye al Procurador Nacional y al Secretario de Derechos Humanos a que revisen toda la documentación para saber si existen delitos de lesa humanidad (imprescriptibles) y los denuncien ante la justicia.

Luego de la cadena nacional, la oposición (UCR, CC, Peronismo Federal y PRO) realiza una conferencia de prensa desde el Congreso. Allí afirman que la intención del Gobierno es “intervenir y coartar la libertad de expresión”. Levantan sospechas sobre la veracidad del informe redactado por Moreno (el mismo del INDEC) y declaran que defenderán al Grupo Clarín ante un nuevo ataque del gobierno (Fibertel). Obviamente, todo esto fue antes de leer el informe presentado por la Presidenta[1]. Desde la prensa no es casual que Mariano Grondona titulara su columna como “rugido de ratón” y que Alfredo Leuco dijera “amenazaron con tirar un león a la arena y aparecieron con un gatito de morondanga”. Según algunos diarios y programas de radio, desde el gobierno alimentaron la expectativa de que en la cadena nacional se iba a informar la intervención de la empresa por decreto; además de una denuncia penal contra Magneto. Más aún, muchos periodistas informan que el gobierno dió marcha atrás, sobre la hora con la intervención, por presiones (o declaraciones, para el caso es lo mismo) del Departamento de Estado de EEUU.

Antes de seguir ¿Qué hubiera pasado si el gobierno, efectivamente, decretaba la intervención de Papel Prensa?

El miércoles 25 de agosto, los diarios La Nación y Clarín vuelven a publicar de manera conjunta la misma información. En éste caso, se trata de una solicitada y declaraciones ante escribano de Isidoro Graiver (cuñado de Lidia Papaleo). Lo más destacado es que asegura que “la venta fue libre de presiones”; que él negoció con los diarios la venta de acciones; además informó que las amenazas existían pero eran de Montoneros. En otras palabras confirmó la versión de Clarín y La Nación, publicadas en la editorial conjunta del día anterior y, obviamente, desmintió todos los argumentos expresados durante la cadena nacional.

El jueves 26 de agosto, el diario Tiempo Argentino (rompiendo todos los códigos de ética periodística) publica una declaración off the record del mismo Isidoro Graiver realizada unos meses antes, en la cual confirma los dichos de la Presidenta y, claro está, se contradice con la solicitada publicada por los diarios el día anterior; “Clarín y La Nación nos humillaron” fue el título de portada de Tiempo Argentino. A la noche, el programa 6, 7 y 8, transmite fragmentos del audio de las declaraciones de Isidoro Graiver a Tiempo Argentino para despejar toda duda (de la falta de ética y de cualquier sospecha de que la noticia fuera inventada por un diario afín al gobierno).

El mismo día, Lidia Papaleo declara por otra causa de la misma época (dictadura). Los diarios Clarín y La Nación publican que “Papaleo dijo que vendió Papel Prensa en libertad. Ante el juez, también negó que la sacaran de prisión para firmar”. Según Clarín, Lidia Papaleo contradice la versión de la Presidenta. En cambio, La Nación (que utiliza el mismo título) dice que Lidia Papaleo estaba en libertad cuando firmó la venta de acciones y que la Presidenta había dicho que estaba amenazada y en “libertad ambulatoria”. Volvamos un segundo a la cadena nacional, en el minuto 35 y 39 Cristina Fernández dice que estaba en “libertad ambulatoria”; en el minuto 44 hablando sobre la situación de Lidia Papaleo dice que los militares “debieron mantener la libertad (de Lidia) para firmar porque cuando caían detenidos todo el patrimonio queda interdictado” (todos los bienes pasaban a manos del Estado). Vale decir que la única empresa del Grupo Graiver que llega a venderse antes de la desaparición de Lidia es Papel Prensa (el juez de menores nunca convalida la venta por el bajo precio al que se pagaban las acciones). ¿Por qué Clarín y La Nación titulan de “último momento” el día jueves y luego es tapa de los diarios el viernes, una información que era conocida desde el día martes en el discurso de la Presidenta? ¿Es una aclaración? Y por otro lado, ¿qué tipo de libertad podía tener alguien, cualquiera, en esa época del país? No era libertad lo que se respiraba en el año 1976 en la Argentina, menos cuando eras sospechoso de complicidad con Montoneros.

Entre tanto, apareció Osvaldo Papaleo, hermano de Lidia, confirmando la versión de su hermana y agregando que Isidoro Graiver no tiene recursos para pagar una solicitada como la publicada por Clarín y La Nación. Obviamente, acusó a los diarios de pagar tanto la solicitada como a Isidoro para que declare lo que ellos pretendían. Sin embargo el sábado, el diario Perfil publicó una foto de Osvaldo Papaleo en la inauguración de una planta de Papel Prensa pero en el año 1989. Es decir, que festejó junto a los que supuestamente perjudicaron a su hermana en la compra de esa misma empresa.

Voy a dejar la columna aquí, no porque la foto de Osvaldo Papaleo termine de confirmar la versión de Clarín y La Nación; más bien para respetar el día de emisión del programa. El domingo, lunes y martes las novedades siguieron su curso de un lado y del otro. Vale aclarar que no tengo una opinión formada en cuanto a quién, o quiénes, tiene la VERDAD. La credibilidad no es algo que se discuta por ahora, está a la vista cuando es Moreno (INDEC) el responsable del informe y, por el otro lado, el manejo informativo de mentiras y “aclaraciones” por parte de los diarios. Sin embargo creo que es un tema muy importante y que merece la mayor atención e información posible de todas las versiones. Importante, no urgente.

[1] En TN (Grupo Clarín) transmiten las entrevistas realizadas a Jorge Lanata y Jorge Fontevecchia, que fueron grabadas antes de la cadena nacional. Los entrevistados, en cierta forma, dan por sentada una intervención a Papel Prensa por parte del gobierno, con la única intención de censurar la libertad de expresión. Entre otras cosas Lanata dice que “el más débil es Clarín” y reflexiona sobre los años 70, dejando en claro que él está en contra de la violencia utilizada por Montoneros; a dicha versión se la conoce como la teoría de “los dos demonios” y ya sabemos para qué sirve. Luego de conocer el discurso presidencial, Lanata dijo “no quiero estar en el medio de una pelea por poder” ¿Para qué interviene entonces, no?