¿Y con qué pagamos?

La columna comienza con una pregunta, el tono de angustia o felicidad corre por cuenta del lector. Necesito a alguien que me explique: ¿Cómo se hace para: subir las jubilaciones, bajar o anular las retenciones y eliminar el impuesto al cheque? Veamos los temas por separado y después intentemos sacar alguna conclusión. Retenciones: todos saben, más o menos, qué son o para qué sirven las retenciones, pero por las dudas un pequeño repaso. Las retenciones son impuestos aduaneros que fija el Estado a determinados productos al momento de exportarlos o importarlos, se pueden perseguir varios fines: cobrar impuestos para que la producción de un artículo no se convierta en monocultivo, la soja; para financiar al Estado mediante impuestos fáciles de cobrar; transferir recursos de sectores productivos con ventajas naturales a otros sectores menos competitivos a nivel mundial o regional (industria); o pueden utilizarse para obra pública, sostener la demanda agregada vía compra del Estado, etc. Es claro que si eliminamos las retenciones a la soja y dejamos al mercado orientar la producción agrícola, dentro de un año lo único que vamos a ver en Argentina es soja transgénica (hasta en las plazas de Buenos Aires). El monocultivo (sea cual fuere) degrada la riqueza de los suelos, pero hay algo más importante y es la contaminación. Los productores utilizan glifosato (pesticida) para obtener, controlar y mejorar su rendimiento; está demostrado que es un producto químico nocivo para la salud humana. Infinidad de pueblos sufren la fumigación en plantaciones cercanas con ese producto. Por tanto podemos preguntar lo siguiente: si todo el arco opositor está tan preocupado por la contaminación de la minería a cielo abierto y declara, ante los medios, su indignación por el rechazo del oficialismo a la ley de glaciares, ¿no se contradicen al no decir nada sobre la contaminación con glifosato y concurrir a la rural cual barra brava de equipo suizo que sólo aplaude los goles y luego guarda silencio? En términos cuantitativos, la contaminación por glifosato o químicos relacionados con la producción de soja transgénica es mayor a la producida por la minería abierta; en términos cualitativos es claro que la minería a cielo abierto tiene un poder de destrucción inigualable, cualquiera puede ver por Internet fotos y videos de pueblos que, prácticamente, han desaparecido y suelos inútiles de por vida. Impuesto al cheque: es uno de los tantos parches fiscales que surgen como algo provisorio y a corto plazo, pero terminan siendo imprescindibles al Estado. Imprescindibles por el sistema tributario argentino, no porque sea una herramienta válida para la distribución del ingreso, ni nada por el estilo. En todo caso eso depende del poder político de turno y sus políticas sociales. Todos están de acuerdo en decir que éste impuesto es distorsivo y que es necesaria su rápida eliminación. Sin embargo representa una fuente de recursos para nada despreciable en las cuentas públicas, por tanto podríamos pensar en algún tipo de reemplazo que permita cobrarle más impuestos a los que más tienen y, así, eliminar estos parches fiscales. Aumento de la jubilación: a mis abuelas las quiero, en serio lo digo. Pero no es posible un aumento de las jubilaciones sin pensar en el financiamiento. Desde la oposición se dice que la ANSES es rica y los jubilados pobres, pero si aumentan la jubilación lo más probable es que tengamos dos pobres en lugar de dos ricos. No es imposible subir las jubilaciones, no sé sí al 82% del mínimo, vital y móvil, pero sí lo suficiente como para modificar sustancialmente la vida de los jubilados. Ahora bien, nobleza obliga. El gobierno de los Kirchner fue el que más aumentó las jubilaciones; la oposición cuando fue gobierno nunca aumentó el haber y, cuando se discutió la estatización de las AFJP estuvieron en contra (salvo raras excepciones, el Socialismo que es quien impulsa el proyecto). En resumen, una excelente medida pero destinada a fracasar si no se resuelve el financiamiento. La conclusión es obvia, tan obvia que por momentos parece imposible, es necesaria una reforma tributaria en Argentina. Además, definir a mediano y largo plazo cuál será la estrategia de desarrollo de país. Porque aún cuando se realizara una reforma tributaria, puede ser necesario y hasta recomendable seguir cobrando retenciones (claro que segmentadas y/o dirigidas a evitar el monocultivo). Tal vez a una tasa menor e irrisoria comparada con la actual, pero no por eso descartada desde el vamos. Es decir, todo estaría en discusión. Pero cuidado, no sea cosa que terminemos con el IVA al 70% y sin retenciones.